La ansiedad por separación se puede definir genéricamente como un comportamiento problemático motivado por la ansiedad que se produce exclusivamente en ausencia del propietario o en su ausencia virtual.
Existen tres tipos de ansiedad por separación pero en el caso de Pancho, es exclusivamente una ansiedad por separación primaria o hiperapego primario, ocurre en aquellos animales que tienen su base segura a su madre y esta base segura se transfiere posteriormente al propietario sin que se produzca el desapego natural de la madre, ya que en el seno de la familia humana no ocurre.
Las conductas asociadas a la ansiedad por separación pueden ser:
- Las vocalizaciones excesivas. El perro ladra, aúlla o gime, cuando se queda solo en casa en casa o no tiene acceso a sus propietarios.
- Los destrozos. Sobre todo dirigidos a los puntos de salida, a los objetos personales.
- La eliminación inadecuada. Micciones o defecaciones que pueden aparecer cerca del punto de salida o esparcidas por la vivienda.
Estos síntomas se presentan solo durante la separación, es decir, la conducta inapropiada se produce en ausencia del propietario, ocurren siempre o casi siempre que se produzca la separación y se producen incluso en separaciones o salidas de corta duración.
Existen además unos signos asociados a la ansiedad por separación que aparecen en presencia del propietario. La ansiedad Anticipatoria, gemidos, vocalizaciones, nerviosismo, seguimiento constante al propietario en momentos previos a la salida. El ritual de bienvenida exagerado, recibimiento del perro muy efusivo, nerviosismo, saltos, vocalizaciones. Hipervigilancia de los propietarios, el perro sigue al propietario a todas partes, física o visualmente y si en algún momento los pierde empieza a manifestar signos de intranquilidad.
El tratamiento de la ansiedad por separación comprende dos ejes: la modificación de conducta y la psicofarmacología. En el Caso de XXXXXX, comenzaremos por la modificación de conducta. Se buscará redefinir la relación entre el perro y el propietario y conseguir cambios en el entorno del animal. El 81% de los perros tratados exclusivamente con técnicas de modificación de conducta mejoran tras 12 semanas de tratamiento.
- Modificar la relación entre el propietario y el perro. Como el origen del problema esta en el exceso de dependencia del propietario, debemos intentar que sea más independiente.
- Se le debe prestar atención al perro cuando esté tranquilo, pero si el perro demanda atención debe ignorársele. Es decir, ignorar los comportamientos dependientes y premiar los comportamientos independientes o equilibrados.
- Para no disminuir los tiempos de interacción con el perro, deben incrementarse los periodos de juegos y ejercicio físico.
- Repartir las tareas, si la dependencia es de una persona en particular, se debe repartir las actividades de juego, alimentación, paseo o educación con el resto de personas de la casa.
- Ejercicios de obediencia y relajación, la obediencia nos ayudará a aplicar las diferentes órdenes para tranquilizar al animal en momentos de stress.
- Reducir el valor predictivo de las señales de salida. Por ejemplo. “siempre que….., coge las llaves se va, coge el abrigo se va, se pone los zapatos se va”. Estas acciones predictivas para el perro ya que las hacemos siempre y solo cuando vamos a salir. Si queremos romper este valor predictivo deberemos coger las llaves, el abrigo, los zapatos en momentos del día distintos a la salida del propietario para romper ese valor predictivo.
- Modificar las rutinas de salida y regreso a casa. Ignorar al perro 15-20 minutos previos a la salida de casa, evitando expresiones como “tranquilo”, “enseguida vuelvo”, “pórtate bien” porque refuerzan la ansiedad. Al regreso a casa se repite el proceso ignorando al perro durante 15-20 minutos o hasta que se haya tranquilizado.
- Salidas progresivas Se trata de realizar unas salidas programadas en las que el animal tenga control sobre lo que ocurre y una expectativa positiva de lo que va a suceder. Se inician con una salida de corta duración, de manera que el perro se da cuenta del abandono pero recupera la figura de referencia en poco tiempo.
- Enriquecimiento ambiental. Si bien la interacción social del perro con ansiedad y su actividad de juego cae por completo cuando no está el propietario, sí que es recomendable que tanga juguetes en su entorno para que vallamos fomentando el entretenimiento, en estos casos los mejores son los juguetes rellenos de comida, tipo “KONG” con los cuales el perro pasara tiempo intentando encontrar un premio que se encuentra dentro del juguete
- Corregir errores. Uno de los errores más habituales es el empleo del castigo cuando se vuelve a casa. El castigo aumenta la ansiedad y además no funciona al no existir relación de asociación entre el castigo y la conducta que ha podido ocurrir hace tiempo. No usar collares antiladridos, esto solo ataca al síntoma y además al estar el perro en un estado emocional negativo puede agravar el cuadro
En cuanto al pronóstico del caso. Si bien es cierto que depende del número de síntomas, de la intensidad de los síntomas y del tiempo que lleva el perro manifestando esos síntomas, en el caso de XXXXXXXX, es favorable ya que es una perra joven y que ha respondido de manera satisfactoria a unas básicas normas de conducta aplicadas por su propietario.
Conviene hacer una revisión en la clínica a las tres semanas de comenzar con la terapia de conducta para valorar los resultados y corregir los errores.